CARTLIDGE & BROWNE VINEYARDS

Las leyendas a menudo comienzan en los entornos más ordinarios. Para dos amigos Tony Cartlidge y Glen Browne, comenzó en 1980 de una manera poco distinguida en un
garaje de Napa Valley cuando se propusieron construir una empresa de vinos. Por lo que ellos sabían, no había necesidad (o ninguna fortuna) de comprar una propiedad. Solo el deseo de buscar los mejores viñedos, cosecha las mejores uvas y hacer el mejor vino posible.
En pocas palabras, estaban haciendo lo de Negociant antes de que fuera genial.
Hoy continuamos con su tradición: sin bodega, sin propiedad
viñedos, bajo techo. Es un arreglo que nos permite ser ágiles
para que podamos concentrarnos en poner un buen vino en la botella que ofrece donde sí cuenta; en el cristal.

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